Juan Camilo Velásquez

lunes, 1 de octubre de 2007

Lorenza... la gata, la mujer, los tres.

Lorenza, para Lorenza, fue un regalo y un 'alguien' que sólo nos buscó para morir acompañada. Ahh es que si pudiera repetirlo, lo habría hecho sin pensarlo tanto. Fue algo como: Imagínense que esa gata, un animal como tan solitario y misterioso, nos haya buscado sólo para morir acompañado. Ella sabía que hoy debía encontrar a alguien o si no, no podría morirse.

Andaba a 5 metros de nosotros; nos atravesaba corriendo; nos acompañó a Carulla; desafió su instinto pasando la novena y la carrilera así fuera tan prohibido y peligroso para ella como para nosotros, y hasta alcanzó a dormir en las piernas de los cuatro... todo eso sólo para dejar su vida y para enriquecernos la nuestra; ya no existe. Me encanta pensar que todavía creo en ese sacrificio en el que la persona no sabe que está sacrificándose y mucho menos que está haciendo tanto bien.

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